El cultivo de soja no requiere riego permanente. Sin embargo, se ha observado que, en algunos climas, uno o más riegos complementarios durante los periodos críticos de crecimiento mejoran significativamente los resultados. El periodo más crítico es la floración tardía, cuando comienzan a aparecer pequeñas vainas. Si se pueden realizar 2 riegos, generalmente conviene que el primero sea en la fase previa a la emergencia para asegurar una colocación rápida de la planta. En caso de requerirse un tercer riego, convendrá realizarlo al comienzo del llenado de las vainas.
En las regiones donde se riega la soja, el riego por aspersión se practica en grandes cultivos rotativos.