Los huertos se suelen utilizar para abastecer a los mercados de frutas frescas o de procesamiento industrial (productos enlatados, mermeladas, etc.). A veces, el cultivo de frutales es una fuente secundaria de ingresos para algunas granjas, que utilizan el espacio restante para plantar árboles de tronco alto. Un suelo fértil, sano y de buena vitalidad es esencial para el cultivo de un huerto. Por tanto, es mejor no implantarlo en el fondo de un valle (aire frío, agua estancada) ni cerca de robles (limitan el crecimiento de los árboles frutales). El sol es fundamental para la buena salud de los árboles frutales, especialmente melocotoneros, albaricoques y almendros. Conviene entonces orientar el huerto hacia sur, sureste y, en menor medida, suroeste. En general, los árboles frutales se plantan entre finales de noviembre y finales de marzo.