La programación del riego debe evitar todo exceso de agua en el suelo, ya que las raíces de azafrán son muy sensibles a la putrefacción. Por tanto, lo más eficaz es proceder a un riego profundo antes de la plantación, seguido de algunos riegos aislados pero abundantes para asegurar que el agua llegue bien a las raíces. Desde el periodo vegetativo temprano, hay que considerar la profundidad del suelo para riegos abundantes.
En suelos profundos con alta capacidad de retención de agua, suelen bastar dos riegos, por ejemplo, uno antes de la siembra y otro durante la floración. En suelos de textura ligera o con grandes exigencias de evapotranspiración, se pueden requerir más de 3 riegos.
En las regiones donde se riega la soja, el riego por aspersión se practica en grandes cultivos rotativos.